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Felipe Córdoba Larrarte: vocación y liderazgo en el servicio público colombiano

 

Felipe Córdoba Larrarte nació en Pereira, Risaralda, en noviembre de 1979. Desde sus primeros años mostró un sentido profundo de comunidad y una inclinación por la política, influenciado por sus padres: Carolina Larrarte (Q.E.P.D.), ingeniera catastral, y Carlos Córdoba Pardo, médico caracterizado por el servicio social. Su trayectoria de más de veinte años en el sector público ha definido a Felipe Córdoba como una gran figura de liderazgo en Colombia, que lo llevó a ocupar el cargo de Contralor General de la República entre 2018 y 2022.

 

Pereirano y “orgullosamente provinciano”, ‘Pipe’, como lo llaman con cariño, demostró su liderazgo desde niño, cuando fue elegido Personero en la Fundación Liceo Inglés, donde se graduó en la primera promoción de bachilleres de esa institución. En 1998, antes de comenzar su pregrado, Felipe prestó servicio militar en el Batallón San Mateo de Pereira, donde reforzó su sentido de responsabilidad en medio del conflicto armado interno que azotaba al país en aquella época. Esa experiencia forjó en él un carácter firme y un don de servicio que marcarían su carrera.

 

Aunque soñaba con seguir los pasos de su padre y ser médico, se decidió por la carrera de Gobierno y Relaciones Internacionales en la Universidad Externado de Colombia. Fue en Bogotá donde aprendió a navegar el rigor de la gran ciudad y, a base de esfuerzo, completó sus estudios. A los 21 años, en séptimo semestre, ocupó su primer cargo público como coordinador de proyección social en el programa de la Presidencia Colombia Joven. En este primer trabajo, organizando veedurías juveniles y promoviendo la lectura pública del régimen subsidiado de salud, Felipe Córdoba vislumbró un propósito claro: la lucha contra la corrupción se convertiría en el eje de su vida profesional.

 

En 2004, Felipe regresó a Pereira como director de Programas Cívicos y Sociales en la Cámara de Comercio. Dos años después, asumió la Secretaría de Gobierno de la Alcaldía, donde, a los 26 años, logró una notable reducción de la criminalidad. Impulsó el programa 1-2-3, construyó más de doce CAIs y subestaciones rurales, y reforzó la vigilancia con cámaras de seguridad. Cada iniciativa fue aplaudida como un paso decisivo en la seguridad ciudadana.

 

Con la misma disciplina con la que trabajaba, Felipe también ocupaba su tiempo para estudiar. Se especializó en Alta Gerencia en la Universidad Libre, etapa en la que conoció a su esposa, Marcela Yepes Gómez, con quien ha compartido los 17 años de matrimonio y ha construido una bella familia. 

 

La vida, sin embargo, le mostró pronto uno de sus episodios más tristes: en 2006 perdió a su madre, Carolina Larrarte, víctima de un lupus eritematoso. Ella fue su primer ejemplo de disciplina y entrega. La reconocida académica de la Universidad Tecnológica de Pereira dejó en él un legado que, años después, se manifestaría en su lucha por mejorar los servicios de salud en el Eje Cafetero.

En 2008, el Gobernador de Risaralda, Víctor Manuel Tamayo, lo nombró director de despacho. Allí, Felipe impulsó proyectos como Risaralda Profesional, que otorgó becas a jóvenes de la región, y Semilla de Mostaza, un programa que llevó a 168 médicos a hacer voluntariado en las áreas más desatendidas del departamento. “Lo viví con la enfermedad de mi madre”, dijo en el lanzamiento del programa, recordando la necesidad urgente de fortalecer la atención médica en Risaralda.

 

Felipe Córdoba viajó a España en 2008 para formar parte de un grupo de líderes iberoamericanos que cursaron el Máster en Acción Política y Fortalecimiento Institucional de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Después de obtener su título, regresó a la Gobernación de Risaralda. 

 

Para el año 2010, Felipe estaba listo para un reto mayor: el control fiscal. Ingresó a la Contraloría General de la República como Contralor Delegado para la Participación Ciudadana. Durante el fenómeno de ‘La Niña’, que causó graves inundaciones, Felipe inspiró una estrategia innovadora de control preventivo en tiempo real, con auditores en el terreno que supervisaban los contratos en las zonas afectadas antes de que los fondos se malgastaran. ‘Pipe’ sembró en ese tiempo la semilla de una transformación que años después cambiaría el funcionamiento de la Contraloría General.

 

En la Contraloría General fue también Vicecontralor, y en ese rol lideró investigaciones contra irregularidades en la alimentación escolar y expuso casos de corrupción en el sistema de salud, como el del ‘Cartel de la Hemofilia’. Luego, en 2015, fue elegido Auditor General de la República por el Consejo de Estado, tras ser ternado por la Corte Suprema de Justicia. Desde allí lideró investigaciones cruciales y se consolidó como una figura de relevancia nacional en la lucha contra la corrupción.

 

Su experiencia y preparación lo llevaron en 2018 a la dirección de la Federación Nacional de Departamentos. Ese mismo año, Felipe se presentó a la convocatoria pública para el cargo de Contralor General, donde quedó en tercer lugar en el examen de conocimientos. Su hoja de vida y trayectoria inclinaron la balanza, y fue elegido por el Congreso para liderar el máximo ente de control fiscal en Colombia. 

 

En este periodo, 2018 a 2022, Felipe Córdoba impulsó la reforma constitucional del control preventivo y concomitante, que tuvo resultados como la recuperación anual de más de 15 billones de pesos para el país. Su gestión fue clave en casos como el de Reficar e Hidroituango, donde se lograron recuperar 4.3 billones de pesos, una cifra récord.

 

Córdoba modernizó la Contraloría General al implementar analítica avanzada e inteligencia artificial en la supervisión de obras públicas, usando drones, fotos aéreas y satelitales para monitorear el progreso de proyectos en tiempo real. Con esta innovación, los auditores no dependían únicamente de los informes de los supervisores de obra; podían ver el avance directamente.

 

La precisión técnica y el rigor de su trabajo en la Contraloría ‘pisaron cayos’ en algunos sectores políticos. Sin embargo, su compromiso con el control fiscal lo mantuvo firme. Felipe Córdoba obtuvo el título de abogado del Politécnico Grancolombiano gracias a su disciplina y esfuerzo personal.

 

En 2021 se graduó de Doctor en Derecho en la Universidad de Jaén, España, y defendió con éxito su trabajo de grado, construyendo con solidez tanto su legado profesional como académico al ser reconocida con excelencia la tesis La buena administración en el control fiscal efectivo, estratégico y gerencial de los recursos públicos, publicada, además, por la editorial Tirant Lo Blanch. 

 

Felipe Córdoba, aquel “montañero que adora la comida de su tierra y el cariño de su gente”, continúa siendo fiel a esos valores y a su familia. Siempre a lado de su esposa Marcela Yepes y sus hijos, ha compartido un camino y compromiso inquebrantable con la transparencia y la lucha contra la corrupción, los mismos ideales que han sostenido y definido la carrera de ‘Pipe’. 

 

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